El caballo Bardigiano es originario de Italia. Y más concretamente de los valles del Ceno y del Taro, en los Apeninos. Estos caballos descienden de los primeros caballos que llegaron a esa zona en con los romanos, que provenían de la Galia belga. El entorno de la montaña les ha ido forjando un carácter duro, fuerte y muy resistente.
Con la Primera Guerra Mundial estos caballos estuvieron a punto de extinguirse, pero en las últimas décadas del S. XX se hicieron grandes esfuerzos por rehabilitarla y se ha logrado estabilizar la raza.
Estamos antes unos caballos de tamaño pequeño, con una altura de cruz que ronda sólo los 135-145 centímetros, y pudiendo llegar a pesar alrededor de los 300 kilos. El Bardigiano posee un cuerpo muy musculado. Incluso sus patas, que son delgadas y tienen aspecto débil, son poderosas y resistentes. Su cabeza de perfil recto es pequeña, al igual que sus orejas, en las que encontramos mechones de pelo.
La capa que más encontramos en esta raza es la bayo, aunque también puede ser bayo oscuro y negro. Su cola es larga y bien poblada.
Este robusto caballo es incansable. Su temperamento es dócil, siendo una raza muy tranquila.