El caballo bereber o berberisco es una raza de caballo existente en Barbaria (Magreb) desde hace siglos. Sus orígenes son discutidos pero sus características actuales se remontan a la época de la conquista islámica. Como caballo de guerra ha merecido el elogio de muchos especialistas, demostrando sus cualidades hasta los años 50 del siglo XX.
Cuando los árabes conquistaron el norte de África la cría de caballos por parte de los bereberes, que ya estaba plenamente desarrollada, recibió el incentivo de la bendición de la nueva religión. Un aspecto importante fue la llegada de caballos árabes de pura raza. No por su influencia directa pero sí por la aparición de caballos mezclados árabes-bereberes. En el Magreb conviven desde entonces tres castas de caballos: los bereberes tradicionales, los de pura raza árabe (caballo árabe) y los árabes-bereberes.
El estilo de vida tradicional de las tribus del interior permitió conservar las cualidades más útiles en un caballo de guerra (resistencia y rusticidad) sin perder velocidad, arranque o agilidad. Esencialmente, los mejores caballos bereberes del siglo octavo eran muy parecidos a los que después elogió el general Daumas y el coronel Denis Bogros. En las obras del general Daumas (especialmente en "Les chevaux du Sahara" que incluye aportaciones fundamentales del emir Abd el Kader sobre el tema) se explican las costumbres y la forma de cría de los bereberes.
A partir de caballos de razas diferentes, el norte de África produjo el caballo bereber "clásico", aún existente en cantidades importantes hasta el año 1950. Posteriormente, las cifras de caballos bereberes puros fueron menguando hasta rozar el peligro de extinción. En 1987 se fundó en Argelia la Organisation Mondiale du Cheval Barbe (OMCB), con el objetivo de preservar la raza.
El caballo bereber es dócil y rústico, rústico en el buen sentido, significando que no es nada delicado ni débil, no tosco o mal acabado. Además, es polivalente: gran velocidad en distancias cortas, velocidad considerable en distancias medias y gran resistencia en trayectos largos. Buen saltador en función de su talla, es de carácter tranquilo, equilibrado y valiente. Aparentemente perezoso, cuando es solicitado por su jinete demuestra una fogosidad impetuosa. Es fácil de aregar y adiestrar, y muestra una resistencia insuperable en las condiciones más difíciles: frío, calor, sed, hambre, ... Nunca parece cansado.
En función de sus capacidades y prestaciones, un coste de mantenimiento mínimo y su carácter tranquilo, el caballo bereber se puede comparar favorablemente con otras razas más difundidas. Si el proyecto de mantenimiento y promoción de la raza consigue un número importante de ejemplares, el caballo bereber debería tener una buena expansión y desempeñar un papel destacado en la equitación de ocio.