Este atlético caballo de polo nace del cruce entre el purasangre y el criollo Argentino, no obstante, no está considerado como raza sino como tipo. Los criollos son fuertes, resistentes y ágiles. A pesar de su agilidad, sin embargo, no son ni mucho menos lo bastante rápidos para el polo moderno. A fin de resolver el problema, se opto por cruzar yegus criollas argentinas con sementales del pura sangre inglés, la más rápida de todas las razas, como resultado nacieron los veloces caballos que vemos hoy en día en los campos de polo.
Se cría por su agilidad más que por su belleza. Tiene el cuello largo, el cuerpo esbelto y los cuartos y extremidades fuertes. Pueden presentar cualquier color. Es un animal muy valiente. Tiene que ser duro para competir a grandes velocidades.