Se conoce como caballo ibérico a una serie de razas de caballo originarias de la Península Ibérica, que responden al prototipo de caballo barroco, y cuya domesticación se remonta a la colonización griega.
Los caballos ibéricos son admirados en todo el mundo y aplaudidos en los más diversos espectáculos de exhibición, como exponentes de la más refinada cultura ecuestre de antiquísimos orígenes.
La FAO reconoció en 2005 la existencia de 17 razas características de la Península Ibérica.