El Knabstrup con manchas, procedente de Dinamarca, tuvo su origen en el siglo XIX y es famoso por sus actuaciones en los circos. Durante las guerras napoleónicas, las tropas españolas se estacionaron en Dinamarca, cuando regresaron a casa, uno de los oficiales se dejó una yegua alazán totalmente cubierta con manchas.
En un principio la pusieron a trabajar tirando del carro carnicero, pero fue descubierta por el comandante Villars Lunn, un experto criador de caballos, el comandante quedó impresionado por la velocidad y enegía de la yegua y no dudó en comprarla y colocarla en su caballeriza llamada Knabsbrup. Cruzando la yegua con Frederiksborg palomino, Villars Lunn creó una nueva raza. El potro resultante, de capa clara, de brillo metálico y abundancia de manchas, se convirtió en el semental fundador de la raza Knabstrup moderna.
En los últimos años, los criadores se han concentrado en producir distintas tonalidades de capa y no han prestado tanta atención a la conformación. Debido a ello, existe una gran variedad de tipos, de todos modos, se parecen a sus parientes, los Frederiksborg, pero son ligeramente más robustos.
Los Knabstrup son mansos y resistentes, cualidades que los hacen ideales para la equitación en general.