Enfermedades del Pericardio en caninos
Las causas de las enfermedades cardiacas en los perros son en el 90% adquiridas por otras patologías de origen virales, infecciosas, nutricionales o tumorales.
Si bien la incidencia de las afecciones pericárdicas es baja (1% del total de las cardiopatías en perro).
El Pericardio está compuesto por dos capas, el pericardio visceral, que es una fina membrana adherida al miocardio y otra capa más gruesa denominada pericardio parietal. El espacio entre las dos capas se le conoce como saco o espacio pericárdico y en condiciones normales contiene entre 1 y 15 ml. de liquido seroso denominado liquido pericárdico, según el tamaño del animal.
No esta totalmente escrito, el papel que verdaderamente desempeña el Pericardio, sin embargo si se conoce alguna de sus funciones:
-Estabilizar el corazón dentro del mediastino.
-Aislar el corazón de posibles infecciones o tumores en los tejidos próximos.
-Controla el llenado cardiaco y evita la sobredistensión cardiaca durante la insuficiencia cardiaca.
-Reducir la fricción que se genera durante el latido cardiaco.
Las patologías pericárdicas tienen mucha importancia. Se han estudiado que pueden ser congénitas (hernia diafragmática peritoneo-pericárdica) o adquiridas (patologías que causan colecta pericárdica y patologías que causan constricción pericárdica).
Las afecciones pericárdicas no se dan en los felino, por eso unicamente nos referimos a los perros.
Colecta pericárdica en caninos:
El líquido tiene un color claro y presenta una baja concentración de proteínas y muy poca celularidad. Estos dos parámetros aumentan en las patologías pericárdicas donde se produce un mayor acúmulo de líquido en el espacio pericárdico. Puede ser trasudado, trasudado modificado, exudado o líquido hemorrágico.
Los líquidos hemorrágicos es uno de los mas frecuentes en los caninos. Estos, por lo regular son de color rojo intenso, y no llegan a un nivel de coagulacion, salvo en hemorragias recientes. Pueden deberse a un proceso idiopático, osea por una causa oscura o no se conoce a que se debe dicha hemorragia, a hemorragias intrapericárdicas o estar relacionado con neoplasias.
La colecta idiopática se encuentra con frecuencia en perros de talla grande, de edad media. Generalmente no es un hallazgo casual, sino que los perros presentan signos de insuficiencia cardíaca. La colecta suele ser importante y requiere de pericardiocentesis. Debe realizarse examen citológico del líquido que habitualmente revela la presencia de células mesoteliales, eritrocitos, neutrófilos, monocitos, etc. . Con frecuencia la colecta recidiva meses después. No es conveniente utilizar el término “benigna” para el derrame de este tipo, pues se ha observado una relación entre colectas idiopáticas y la presentación posterior de pericarditis constrictiva.
Las neoplasias cardíacas son una causa frecuente de derrame pericárdico. Sus consecuencias dependen del tipo, tamaño y localización del tumor, de la presencia de colecta líquida o de fibrosis pericárdica. La presencia de pequeñas masas puede ser asintomática, pero masas grandes producen compresión de estructuras cardíacas o de vasos sanguíneos comprometiendo el retorno venoso o la eyección de sangre por parte de los ventrículos. Habitualmente los signos se deben a la colecta pericárdica secundaria. Las neoplasias relacionadas con colecta pericárdica son: hemangiosarcoma, quimiodectomas, y con menor frecuencia mesotelioma, tumores tiroideos.
Fisiopatología de las Enfermedades Pericárdicas en caninos:
Los efectos por la presencia de colecta líquida en el saco pericárdico dependen de la cantidad de líquido, el saco pericárdico es un tejido poco distensible, por lo que la consecuencia directa del acúmulo rápido de líquido dentro del pericardio resulta en un incremento de la presión intrapericárdica con la subsecuente compresión del corazón de la intensidad de producción y de la distensibilidad pericárdica. Ocurre tamponada cardiaca cuando ésta compresión dificulta el llenado diastólico normal del corazón. Si la producción es lenta, permite que el pericardio se distienda y se acumule un volumen importante antes de presentar signos. En cambio si el líquido se genera muy rápidamente o el pericardio es poco distensible, la presencia de un pequeño volumen puede generar signos congestivos.
Otro hallazgo significante en la fisiopatología del pericardio, es el fenómeno del pulsus paradoxus, que se define como una caída inspiratoria de la presión sanguínea sistólica arterial de más de 10 mm Hg.
Una acumulación rápida de cantidades moderadas de líquido puede producir cambios hemodinámicos graves. Sin embargo, si se produce lentamente, el pericardio se hipertrofia y se estira, de forma que es capaz de admitir varios cientos de mililitros sin un aumento significativo de la presión. Cuando se produce un taponamiento cardiaco crónico aparecen signos de insuficiencia cardiaca congestiva derecha, mientras que en casos agudos lo que destaca es una disminución del gasto cardiaco y el shock.
Diagnóstico de las Enfermedades Pericárdicas en caninos:
Al igual que en todas las patologías cardiacas, el diagnóstico se debe basar en la historia clínica del animal, los signos clínicos que presente y la realización de una serie de pruebas diagnósticas para confirmar la sospecha inicial.
Pero el motivo que se toma en cuenta, en la consulta suele ser distensión abdominal por ascitis, disnea por colecta pleural o pérdida de estado físico o de peso, debilidad y fatiga. El examen clínico es muy importante para realizar el diagnóstico presuntivo de patología pericárdica e indicar la evaluación ecocardiográfica.
Clínicamente se detectan los signos de falla cardíaca derecha (ascitis, hepatomegalia, edema subcutáneo, en ocasiones caquexia cardíaca). Los ruidos cardíacos están muy atenuados a la auscultación y no suele existir soplo. Puede observarse distensión yugular. El pulso arterial suele ser de menor amplitud.
En las radiografías, la imagen típica de un paciente con enfermedades pericárdica muestra la silueta cardiaca globosa, aumentando el tamaño cardiaco, en ambas proyecciones, tanto latero-lateral como ventrodorsal. Otros hallazgos radiográficos, secundarios a una posible insuficiencia cardiaca derecha incluyen efusión pleural, hepatomegalia, dilatación de la vena cava caudal y/o de las venas pulmonares y ascitis. En los tumores de base cardiaca se suele observa una desviación dorsal de la traquea y del bronquio craneal, así como un aumento de la zona del proyección del mediastino.
El electrocardiograma, puede ser normal o mostrar alteraciones útiles, pero no específicas, que indiquen la existencia de una posible efusión pericárdica. Por lo tanto, puede aparecer un ritmo sinusal normal o una taquicardia sinusal característica de insuficiencia cardiaca. Incluso es muy frecuente encontrar diferentes arritmias ventriculares o supraventriculares, así como, elevación del segmento S-T, suele existir una disminución del voltaje de los complejos QRS (onda R<1 mV en derivación II) y alternancia eléctrica en una o más derivaciones.
La ecocardiografía es el método habitual de diagnóstico no-invasivo más sensible y seguro para detectar derrame pericárdico y la presencia de una tumoración en relación a las estructuras cardíacas. Es posible detectar pequeñas cantidades de líquido pericárdico. Es el método más efectivo para este tipo de diagnostico, nos permitirá identificar masas cardiacas y determinar la presencia o no de efusión pericárdica, así como el típico movimiento de campaneo del corazón en el interior del saco pericárdico. También podemos detectar cambios en el tamaño y en la forma de las cámaras cardiacas y el estado de la función ventricular.
Para establecer el origen y la extensión de la masa tumoral, además de evitar la posibilidad de confundirlo con artefactos, es necesario realizar una exploración sistemática en varios planos. Los tres tipo de tumores que con más frecuencia afectan a la especie canina son: masas en la aurícula derecha, masas en la base del corazón y masas en el saco pericárdico. No obstante, el hecho de no detectar ecográficamente ninguna masa no excluye la posibilidad de un proceso neoplásico, en especial si se trata de uno difuso como el mesotelioma.
La presencia de efusión pericárdica, que aparece como un espacio hipoecogénico que rodea al corazón facilita la identificación de tumores de base cardiaca, por lo que es aconsejable realizar una exploración ecocardiográfica completa antes de la pericardiocentesis.
Tratamiento de las Enfermedades Pericárdicas en caninos:
El tratamiento médico para los síntomas de insuficiencia cardiaca congestiva debe posponerse hasta después de la pericardiocentesis. Es necesaria una presión venosa elevada para mantener la presión de llenado en los ventrículos comprimidos, por lo que la administración de diuréticos o vasodilatadores podría reducir de forma drástica el volumen minuto y el gasto cardiaco, lo que conllevaría una posible debilidad y colapso. Sólo está justificado el uso de digitálicos cuando la disminución de la contracción sea debida a un déficit miocárdico por un reducido llenado diastólico. Las efusiones pericárdicas secundarias a otras patologías (hipoproteinemia, uremia, infecciones o hernia pericárdica) se manejan tratando la causa primaria.
Los pacientes con colecta pericárdica significativa y signos de taponamiento cardíaco deben ser sometidos a pericardiocentesis evacuadora para reducir la presión en el saco pericárdico y facilitar el llenado del atrio derecho y recuperar la funcionalidad cardíaca.
Esta contraindicado el uso de drogas que reducen la presión venosa de llenado (diuréticos, vasodilatadores) y no hay indicación para el uso de cardiotónicos o antiarrítmicos.-
En los casos de colecta pericárdica de origen idiopático se indica la utilización de corticoides para intentar reducir la formación de colecta. Los signos congestivos desaparecen en pocos días, pero en algunos casos la sintomatología reaparece semanas o meses después. En los casos recurrentes puede ser necesaria la pericardiectomía subtotal para evitar la acumulación de líquido en el saco pericárdico y el compromiso del ventrículo derecho.
Algunas neoplasias pueden ser abordadas y eliminadas por medio de una cirugía. En casos de quimiodectomas, en general de crecimiento lento y baja tendencia a la metástasis, puede realizarse la pericardiectomía. En casos de tumores metastáticos o hemangiosarcoma no está recomendada la cirugía.