Coprofagia Canina
La coprofagia en perros es una de las conductas más recurrentes nombradas por los amos al momento de recurrir a especialistas. Los animales y el perro entre ellos, aprenden por asociaciones, Los perros que han canalizado mal la información que le han dado su dueños al regañarle por hacer sus necesidades pensarán que cuando defequen se les castigará, para evitar el castigo, se esconderán de su dueño e incluso otros optan por comerse sus heces.
Razones de la coprofagía canina
Una posible razón es que el perro está en casa sólo, se aburre, tiene ansiedad por separación, estrés, etc… El perro, se ha acostumbrado desde pequeño, en la fase de su vida llamada impronta, a vivir entre cacas y lo ve normal el alimentarse de ellas, entre otras cosas porque en las heces, hay proteínas y otras sustancias, que al perro, no le desagradan. De ahí que muchos se coman, con pasión, las cacas de las ovejas, los caballo, la de los humanos, etc.., en sus esquemas mentales, lo ven como algo normal. En general las heces tienen pequeñas cantidades de grasas o proteínas no digeridas, es decir que esconden algún valor nutritivo
Si el amo castiga al perro de defeca donde no debe, normalmente hocicándolo en las heces, este no canalizará bien el comportamiento, porque al pegarle asociará el castigo con el hecho de defecar y no con el hecho de defecar en un lugar determinado, que es lo que el dueño quiere que entienda su perro. Entonces, el perro, evitará defecar en presencia del dueño, e incluso, en los despistes del dueño, se esconderá, para hacer las necesidades y también se las comerá (si es el caso) para evitar el castigo.
En las hembras, la coprofagia, suele ser aún más común, por el hecho de que el día en que tengan una camada, se comerán las heces de sus crías por varios motivos:
a. Les aportarán nutrientes durante el periodo de tiempo que se encuentran sin salir de la paridera
b. Por una práctica de higiene para tener su cubil limpio, puesto que sucio, cogerían enfermedades, morirían sus cachorros y sus genes no pasarían a la siguiente generación
c. Como parte de un estímulo necesario para desencadenar los reflejos de micción y defecación en los cachorros
d. Otra opción, que suelen diagnosticar los veterinarios, es la deficiencia de minerales. Este diagnóstico, suele ser el correcto, cuando el perro, desde que llega a casa y sin aplicarle ningún refuerzo negativo, el solito, se las come y se queda tan ancho. Es más habitual en los cachorros y sobre todo en cachorros que como se ha mencionado más arriba, en la fase de la impronta, han estado entre las heces sin una higiene adecuada o en perros adultos, que sin aplicación de estímulos negativos de repente inician esta conducta.
e. Puede deberse a factores hereditarios: uno de los congéneres se lo pasa a las crías y con un simple estímulo desencadenante se realizará la conducta
f. Adquiridos, esta conducta ha sido aprendida por medio de la imitación.
Los tratamientos y pautas a seguir para una corrección de la coprofagia como conducta anómala, dependerán entonces de la naturaleza de las causas. Desde que el perro es cachorro, debemos llevarlo al sitio indicado de evacuación para, acto seguido, premiarlo con caricias y elogios. Nuestra actuación debe ser la misma en el caso de que nuestro perro sea adulto. Para un perro, aprender esto no será difícil ya que entenderá que la casa donde vive, es su madriguera. Para ellos es innato, en sus esquemas de conducta, mantener la higiene donde viven.
Hay perros, que se sienten inseguros o intimidados y se pueden orinar en señal de sumisión frente a su dueño incluso cuando los saluda. En estos casos, el dueño tendrá que ponerse a la altura de su perro, agachado, sin mirarle a los ojos fijamente y hablarle en un tono de voz suave.