El Mirlo
Es un ave que se extendió por la zona Andino Cordillerana hasta Venezuela por el Oeste de Bolivia, llegó a la zona de los Yungas y se adaptó cómodamente en el Parque Nacional de Calilegua.
Mide aproximadamente 24 cm de estatura, vive "oculto", aunque muchas veces suele mostrarse desafiante ante la presencia del hombre, a una distancia de 100 m saltando de un lugar a otro.
Se agrupa, cuando se trata de alimentarse, y con su dulce canto alegra el comienzo del día quebradeño, bajo un cielo límpido, puro, brillante.
Es todo el cuerpo negro, de un plumaje oscuro llamativo, del cual pueden apreciarse claramente el pico y las patas amarillo-doradas. La hembra a veces, tiene el plumaje un poco más claro y las patas de un tono suavemente grisáceo.
Así lo describe la gente de Jujuy: "Arisco y conocedor del territorio humahuaqueño que le tocó habitar y dulce el canto como la miel de la madura pasacana que le sirve de alimento hasta el mes de marzo o abril, quizá".
Su nombre científico es Turdus Serranus, popularmente se lo conoce como "MIRLO", y hay más variedades de mirlo, como el turdus merula, glosdy-black thrush.
NIDO: los huevos miden aproximadamente 28,5 x 19,5 mm.
Su cuerpo está cubierto de plumas negras azabaches y suaves, con pico y patas amarillos. El macho es negro brillante y la hembra con alas y cola más oscuros. Sus alas al volar se despliegan, las mueve lentamente, no como la paloma.
Las hembras tienen un pico medio curvado y de color negro, en cambio en los machos es de color anaranjado, con dos pequeños orificios nasales que le sirven para respirar cómodamente.
Su cuello es corto y tiene un buche, en el cual guarda su alimento cuando ya no tiene hambre.
Su cuerpo está además, provisto de dos patas, de colores casi naranja y marrón claro, que tienen tres dedos y una pezuña, la que le ayuda a agarrarse de las ramas. Cuando está en el piso se desplaza a saltos con las dos patas juntas.
El mirlo se alimenta de lombrices que encuentra en la tierra húmeda y de frutos de los árboles como manzana, duraznos y damascos. Cuando un mirlo está domesticado se lo puede alimentar también con pedacitos de carne y migas de pan.