En 1402, a la llegada del conquistador Béthencourt a la Gran Canaria los cronistas dicen que existían allí "perros salvajes, que parecen lobos, aunque son más pequeños".
A lo largo de siglos se constata la existencia en el archipiélago de un perro de presa que fenotípicamente corresponde a un moloso medianamente ligero, robusto y resistente, con coraje para el manejo del ganado vacuno.
Canarias constituyó paso obligado y repostadero hospitalario en la ruta americana para el tráfico marítimo español e inglés, lo que propició que las razas de presa hispanas y británicas marcaran su influencia en el presa canario
A partir de 1982 un grupo de criadores decide trabajar en equipo para la recuperación de la raza, que en aquellos años sufre su mayor crisis.
En los años sucesivos se organizan diversas concentraciones y muestras de perros "tipo presa canario" con indudable éxito, despertando un gran interés entre los aficionados a la cinología.
En 1989 se procedió finalmente al reconocimiento a escala nacional de la nueva raza con el nombre de presa canario.
A partir de los primeros años del siglo presente comenzamos a contar con documentos gráficos que representan, por primera vez, al perro de presa de Canarias. Algunas de esas viejas fotografías muestran perros que vivieron en la primera mitad del siglo, es decir en el periodo que precede a su casi extinción y posterior recuperación. En todas ellas nos encontramos a animales con un fondo genético común pero dispares morfológicamente, todos son resultado de los cruzamientos y mestizajes: perros canarios tipo presa con majoreros, y la fusión de ambos, el denominado perro de la tierra, con los perros ingleses tipo bull and terrier, procedente del antiguo bulldog y sus variedades. Naturalmente en el aspecto psíquico, la fusión está presente, y el perro de presa no sólo es un animal espléndidamente dotado para la lucha y el acoso, sino que reúne unas condiciones idóneas, como perro boyero, para la conducción y brega de ganado vacuno y, por extensión, como guardián en toda clase de tareas de vigilancia y defensa.
El perro de presa de las Islas Canarias es un perro polivalente, no es esencialmente un gladiador; es decir en sus genes no está grabado con tanta intensidad el instinto de sus antecesores de tipo bull, que llevaban la lucha hasta sus últimas consecuencias. El presa canario tiende siempre a la fijación de la mordida y en todo caso intenta mejorarla y mantenerla quieta durante largo tiempo, característica que recuerda al antiguo bulldog, motivo por el cual cruzaron los ingleses este perro con terrier para obtener combates más movidos, sangrientos y prolongados.