El Schnauzer es de pelo duro, talla media, robusto, más compacto que esbelto, lo que significa que su construcción es cuadrada y la altura de la cruz corresponde, aproximadamente a la longitud del tronco.
Típico valor de su temperamento es la resolución unida a la prudencia; tiene carácter animado, ama el juego, está muy unido a su dueño y es muy afectuoso con los niños; como guardián es incorruptible, sin molestar con sus ladridos. Los órganos de los sentidos se encuentran muy desarrollados; la inteligencia, la predisposición para el adiestramiento, la perseverancia, la resistencia a las enfermedades y a la intemperie hacen del Schnauzer un sujeto dotado de las mejores cualidades para ser un magnífico perro guardián, de compañía y de trabajo.
El que se decida por esta raza tendrá un can de compañía siempre presente y dispuesto a demostrar cuanto lo aprecia, un compañero alegre y juguetón y un guardián sin miedo de los seres que ama y de su territorio. Se presentan en dos variedades: Negro y Sal-Pimienta.