El Siberiano Husky apareció hace unos 2.000 años en una región del norte de Siberia. En 1909 un comerciante de pieles ruso lo introdujo en Alaska para que participara en las carreras de trineos. A partir de los años 70 fueron ganando popularidad en Europa.
Su mayor utilidad es la de tirador de trineos, pues es rápido y resistente. El Siberiano no es adecuado como perro guardián a pesar de su tamaño.
Existe en todos los colores y todo tipo de marcas, aunque los más normales son los tonos lobunos (grises y blancos). Su pelaje requiere un aseo moderado, que se verá intensificado durante la época de muda.