El Bouvier des Flandres es una raza nueva,
de comienzos de siglo que se empezó a criar, a orillas
del canal de la mancha. Esta raza es una mezcla de los perros
que habitaban la ciudad de Flandes en esa época o sea
mastines y pastores peludos y grises.
En la primera guerra mundial se usó como perro mensajero
y para buscar heridos, esto los hizo casi desaparecer. Se trato
de recuperar la raza, sin embargo al llegar la segunda guerra
mundial la raza nuevamente se vio amenazada, sin embargo, finalmente
pudo superar esto por que los criadores escondieron sus reproductores
antes de salir a la guerra.
Lo que se buscaba en esta raza era un perro de pelo largo
y duro que soportara el clima y de buena salud para el trabajo
pesado, para manejar el ganado bovino o sea un perro vaquero,
rústico. El Bouvier de Flandes es un perro belga de
ganado bovino, resistente, de confianza. Con las orejas cortadas
parece la encarnación de la ferocidad. Se le puede
tener como animal doméstico; su devoción a un
solo amo no le impide proteger a toda la familia.
El Bouvier des Flandres se desarrolló
en los vastos pastizales de la región atlántica
de Flandes, hoy dividida entre Francia, Bélgica y los
Países Bajos. Su cría sistemática es relativamente
reciente, ya que se lleva a cabo desde las primeras décadas
del siglo XX. En esa zona los perros eran utilizados para labores
de pastoreo, defensa, tiro y caza.
La hipótesis más extendida es
la que afirma que el Bouvier de Flandes surgió de cruces
endogámicos de los distintos perros, independientemente
de la función que desarrollasen, en esa zona europea.
Por ejemplo, los perros de guarda eran los Mastines autóctonos
y los pastores eran canes peludos de color gris con cierta semejanza
con el Pastor de Brie.
En 1891, en su libro «Les races des chiens»,
Adolphe Reul describe a un tipo de perro típico de los
negociantes de ganado. En 1894, el conde Henry de Bylant publica
en su libro «Races des chiens» una foto de aduaneros
acompañados por un perro muy parecido en el tipo a los
que años más tarde serían conocidos como
perros de «bouvier», es decir, cuidadores de bueyes.
Los primeros cruces fueron fortuitos y de ellos
surgieron ejemplares de diferentes características. Se
cree que los monjes del litoral sí realizaban cruces
entre perros campesinos con sus galgos ingleses de caza. Con
estos cruces se buscaba un perro útil para pasar toda
una vida en los campos de lino, de manera que el pelo áspero
y recio se combinó con uno más largo, lo que acabó
proporcionando un aspecto feroz.
Este nuevo perro fue criado en distintas regiones
y su imagen se fue definiendo de diferente manera. Por ello
en sus orígenes se conocían el Bouvier de Roulers
(un tipo de perro muy alto, no menos de 70 centímetros,
y todo negro), criado por el señor Moerman; y el Paret,
muy conocido por ser el perro del ejército francés,
criado por el señor Paret.
En plena polémica sobre la preferencia
de los distintos tipos estalló la I Guerra Mundial, lo
que significó un cierto retroceso; sin embargo, antes
se hicieron varios intentos de redactar un patrón de
raza, uno en 1908 y otro en 1912.
Antes de adjudicarse el nombre actual, esta
raza era llamada Bouvier Belge. Precisamente llegar a un consenso
por parte de las dos comisiones de la raza, la francesa y la
belga, sobre el nombre influyó de una manera decisiva
en su futura crianza.
La segunda conflagración mundial provocó
otro retroceso en la evolución del Bouvier de Flandes
y en 1959 dos nuevas comisiones fueron creadas para redactar
otro estándar, que estaría vigente hasta su homologación
por parte de la FCI en 1965.
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