El Cocker Spaniel Ingles, cuyo nombre proviene de la palabra
inglesa 'woodcock', que significa 'becada' (un tipo de ave
que cazaba con frecuencia), fue en el pasado un perro excelente
para la caza; por su tenacidad y su habilidad para desenvolverse
en ambientes difíciles; así como por su destreza
a la hora de atrapar la pieza sin provocarle ningún
daño.
Actualmente, el cocker ha pasado al ámbito familiar,
convirtiéndose así en un perro de compañía
por su carácter sensible, emotivo y educado. Así,
en el hogar, el perro no tardará en acomodarse y convertirse
en compañero inseparable de sus dueños, a quienes
seguirá a todas partes. Esta raza tiene la característica
de ser tranquila en la convivencia y de mantener una buena
relación con el hombre; siempre y cuando éste
le proporcione el cariño y el mimo que requiere.
Como en otras razas, la procedencia del Cocker
Spaniel Ingles ha dado origen a varias tesis. Las que apuntan
hacia su origen hispano son las más extendidas, pero
algunas consideran que Gales es su verdadera cuna. Lo que sí
está constatado es la presencia de un tronco de razas
caninas denominada Spaniel en las islas británicas que
eran destinadas en un principio a la caza.
La raza de la cual procede el Cocker Spaniel
es el Field, del que se fue desvinculando progresivamente en
el último tercio del siglo XIX, hasta llegar al nacimiento
del considerado como primer ejemplar de la raza, «Ovo».
De color negro, este perro vio la luz en el criadero de James
Farrow, en 1879.
En 1902 nace el Cocker Spaniel Club, el primero
dedicado a esta raza, momento en que se establece el primer
estándar, que marcó la pauta para formarse definitivamente
como raza independiente del Field. La diferencia básica
era que las patas del Cocker pasaban a ser más largas
y las espaldas más cortas.
Originariamente los dos países que más
contribuyeron al desarrollo del Cocker Spaniel, como en casi
todas las razas caninas, fueron Gran Bretaña y Estados
Unidos. Sin embargo, mientras que en el primero la utilidad
del Cocker en la caza seguía siendo determinante, en
el segundo muchos criadores optaron por un tipo de perro más
pequeño, elegante, con el manto más largo y el
hocico más corto. Las diferencias entre ambos se hicieron
tan patentes que en 1945 se reconoció al Cocker Americano
como raza independiente.
A lo largo del siglo XX se han producido varias
etapas en la evolución morfológica del Cocker
Spaniel Ingles. Después de la guerra y hasta la década
de 1970-1980, la tendencia se basó en reforzar y dar
firmeza al cuerpo del perro. En cambio, desde la década
inmediatamente posterior, los criadores de esta raza se centraron
en dotar a los ejemplares de una mayor elegancia y estilización,
así como en la reducción de su tamaño y
un incremento en la longitud de su pelo.
Hoy día, por su tamaño, estética
y carácter, el Cocker Spaniel Inglés ha pasado
a ser el compañero ideal en múltiples hogares,
lo que no impide que haya conservado su instinto cazador y deportivo.
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