El Dogo Canario es un perro molosoide originario de las Islas
Canarias. Ya desde el siglo XVI se hablaba en Las Palmas de
estos perros de presa que fueron introducidos en Canarias
por los conquistadores y colonos Españoles que luego,
con el tiempo y el aislamiento, derivaron en una raza completamente
diferenciada. Por influencia de otros perros de presa traídos
de otras partes (Gran Bretaña, Cuba, etc.) su tipología
se fue modificando en alguna medida.
Este perro de presa, de voluminoso cuerpo y cabeza y de
extraordinario temperamento, se utilizó en el Archipiélago
Canario para la guarda de haciendas, para el cuidado de ganado
vacuno y como auxiliar de carnicero en el sacrificio de las
reses. En las ultimas décadas se lo ha utilizado frecuentemente
como perro de combate.
Su aspecto es de extraordinaria potencia, especialmente
dotado para la función de guardia y defensa y para
la conducción de ganado vacuno. De temperamento firme,
es un hábil luchador y posee un ladrido grave y profundo.
Su cuerpo es rectangular, longilíneo, de talla media.
Los hombros son bien inclinados y las costillas muy arqueadas.
El pecho es profundo y ancho con fuerte desarrollo pectoral.
Los codos deben estar despegados pero no salientes. Los huesos
tienen mucha substancia. La altura a la grupa es mayor que
a la cruz. Sus angulaciones no deben ser escasas. La cola,
de inserción alta, es flexible, de nacimiento grueso
que va afinándose hasta el corvejón. En reposo
puede observarse ligera desviación lateral. En acción
se eleva en forma de sable, con la punta hacia adelante, sin
enroscarse.
El pelo es corto en toda su extensión, generalmente
más espeso en la cruz, garganta y cresta de las nalgas.
Sin subpelo. Compacto en la cola. De aspecto rústico,
presenta cierta aspereza. El color puede ser atigrado en toda
su gama (desde el oscuro muy cálido al gris neutro
muy claro o el rubio), leonado en toda su gama, hasta el arena
o negro. Puede presentar manchas alrededor del cuello o en
las extremidades.
Por lo general presenta manchas blancas en el pecho, La máscara
es siempre de color oscuro y puede alcanzar hasta la altura
de los ojos.
En 1402, a la llegada del conquistador Béthencourt
a la Gran Canaria los cronistas dicen que existían allí
"perros salvajes, que parecen lobos, aunque son más
pequeños".
A lo largo de siglos se constata la existencia
en el archipiélago de un perro de presa que fenotípicamente
corresponde a un moloso medianamente ligero, robusto y resistente,
con coraje para el manejo del ganado vacuno.
Canarias constituyó paso obligado y
repostadero hospitalario en la ruta americana para el tráfico
marítimo español e inglés, lo que propició
que las razas de presa hispanas y británicas marcaran
su influencia en el presa canario
A partir de 1982 un grupo de criadores decide
trabajar en equipo para la recuperación de la raza, que
en aquellos años sufre su mayor crisis. En los años
sucesivos se organizan diversas concentraciones y muestras de
perros "tipo presa canario" con indudable éxito,
despertando un gran interés entre los aficionados a la
cinología.
En 1989 se procedió finalmente al reconocimiento
a escala nacional de la nueva raza con el nombre de presa canario.
A partir de los primeros años del siglo
presente comenzamos a contar con documentos gráficos
que representan, por primera vez, al perro de presa de Canarias.
Algunas de esas viejas fotografías muestran perros que
vivieron en la primera mitad del siglo, es decir en el periodo
que precede a su casi extinción y posterior recuperación.
En todas ellas nos encontramos a animales con un fondo genético
común pero dispares morfológicamente, todos son
resultado de los cruzamientos y mestizajes: perros canarios
tipo presa con majoreros, y la fusión de ambos, el denominado
perro de la tierra, con los perros ingleses tipo bull and terrier,
procedente del antiguo bulldog y sus variedades. Naturalmente
en el aspecto psíquico, la fusión está
presente, y el perro de presa no sólo es un animal espléndidamente
dotado para la lucha y el acoso, sino que reúne unas
condiciones idóneas, como perro boyero, para la conducción
y brega de ganado vacuno y, por extensión, como guardián
en toda clase de tareas de vigilancia y defensa.
El perro de presa de las Islas Canarias es
un perro polivalente, no es esencialmente un gladiador; es decir
en sus genes no está grabado con tanta intensidad el
instinto de sus antecesores de tipo bull, que llevaban la lucha
hasta sus últimas consecuencias. El presa canario tiende
siempre a la fijación de la mordida y en todo caso intenta
mejorarla y mantenerla quieta durante largo tiempo, característica
que recuerda al antiguo bulldog, motivo por el cual cruzaron
los ingleses este perro con terrier para obtener combates más
movidos, sangrientos y prolongados.
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