Es el más clásico y conocido de todos los terriers
ingleses y un excelente cazador de zorros, de los cuales,
precisamente, toma el nombre. De carácter firme y decidido,
siempre vivaz y atento, ha sido durante muchos años,
el perro para los largos paseos a caballo.
Se conoce desde el siglo XVI, principalmente por su valor
y eficacia en la persecución del zorro. De esa actividad
proviene su nombre Fox Terrier, cuya traducción es
"Terrier de Zorro". Fueron creados para correr con
los perros de caza a principios del siglo XIX, y se produjeron
variedades en la raza (pelo liso y pelo duro). Estuvo muy
de moda el siglo pasado. Se hizo famoso como Milú,
el simpático compañero canino del periodista-aventurero
Tintín, del comic del mismo nombre, creado por Hergé.
Alrededor de 1850, a todos los perros que cazaran
zorros, fueran más o menos avispados, de un color u otro
o de muy diferente tamaño se les llamaba Fox Terrier.
Sin embargo, distintas teorías apuntan la posibilidad
de que la raza no puede ser tan reciente.
Para avalar la antigüedad de esta raza
algún estudio repara en la existencia de un cuadro de
Francis Sartorius el Viejo, de 1796, donde se muestra a un típico
Fox Terrier; asimismo, en las memorias de Peter Beckford se
narra que a finales del siglo XVIII poseía un perro de
estas características.
Uno de los mayores estudiosos de esta raza
fue el reverendo Rosselyn Bruce, quien en sus estudios admite
no poseer información veraz anterior a 1850. Sin lugar
a dudas, entre los antepasados figuran Terrier de Cheshire y
de Shropshire, es decir, el White English Terrier, así
como el Beagle.
Los criadores que hacia 1850 se dedicaban a
esta raza crearon una gran rivalidad entre ellos, de modo que
en poco tiempo aparecieron ejemplares de una extraordinaria
calidad tanto en su carácter como en su constitución,
sin olvidar la belleza. De este tipo de perro surgió
hacia 1870 el Fox Terrier de pelo duro, así que ambas
variedades estuvieron cruzándose entre sí durante
mucho tiempo.
Dadas sus destacadas dotes para la caza, esta
raza tuvo un auge espectacular tanto en su país de origen
como en Francia. Poco a poco fueron surgiendo ejemplares con
la cabeza más afilada —para poder meterla mejor
en la madriguera—, con los miembros posteriores más
potentes —para apoyarse mejor— y una cola más
larga —con la que el cazador podía distinguir mejor
que la presa estaba en su cubil y tirar del perro si el enfrentamiento
con la pieza de caza era peligroso.
A pesar de su popularidad internacional y de
cruces locales, el Fox Terrier nunca ha perdido su tipicidad,
básicamente porque la mayoría de sus criadores
actuaron según los cánones británicos.
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