La raza es de orígen Inglés,
se utilizaban para cazar animales de madriguera, son muy ágiles
y no retroceden ante nada. Son perros muy sociables, con un
excelente temperamento y se adaptan a cualquier situación,
son excelentes con niños y adultos, muy inteligentes
y buenos guardianes. Los Fox Terrier Wire son perros alertas,
de movimientos rápidos, siempre a la expectativa de cualquier
provocación, muy juguetones y excelentes compañeros
en todo momento.
El nombre de esta raza procede de la palabra
latina terra (tierra), y hace referencia precisamente a su capacidad
para cazar bajo tierra. Este término se acuñó
en el Reino Unido y ha llegado a formar parte de la propia cultura
británica.
En la literatura existen noticias de perros «teroures»
a través de Juliana Berners, que en su obra «Boke
of St. Albans», 1486, cita a un tipo de perro de carácter
arrogante. Posteriormente, en 1570, el profesor en Cambridge
Johannes Caius escribió uno de sus primeros tratados
sobre perros ingleses, donde menciona a uno que se utilizaba
exclusivamente en la caza del zorro o del tejón.
La mayoría de los autores británicos
relacionan a estos perros cazadores con los que los romanos
llevaron durante su conquista de las islas británicas
allá por el año 54 antes de nuestra era.
Todo parece indicar que la raza se formó
a finales del siglo XVII o principios del XVIII, con el auge
de la práctica de la caza del zorro. Entre las jaurías
de Sabuesos siempre había algún Terrier que expulsaba
de su guarida a la presa. Hasta ese momento se preferían
los ejemplares de pelo liso, al ser considerados más
refinados, si bien los de pelo duro se siguieron criando en
zonas de clima más extremo. Los primeros Fox Terrier
propiamente dichos no aparecieron hasta el siglo XVIII, de ello
se tiene constancia a través de un cuadro de Hamilton,
hacia 1700.
El reverendo Jack Russell, el primer criador
conocido de la raza, adquirió cuando todavía era
estudiante en Oxford su primera perra Fox Terrier de pelo duro
a un lechero. A pesar de que muchos autores actuales dudan del
aporte genético de sus perros en los actuales, sí
podemos asegurar que tuvo una gran importancia en el desarrollo
de la raza, la que crió hasta 1873.
Hasta la segunda mitad del siglo XIX no es
registrado el primer Fox Terrier, aunque no compitió
en ninguna exposición de belleza. Sí lo hicieron
los ejemplares del mayor Harding Cox y William Carrick, quienes
pensaron que los perros de pelo duro tenían las mismas
posibilidades morfológicas que los de pelo liso. En 1876
se constituyó el Fox Terrier Club por iniciativa del
mayor Cox. En 1885 lo hizo el American Fox Terrier Club. En
esta época tanto los perros de pelo duro como los de
pelo liso eran considerados dos variedades dentro de la misma
raza.
No es hasta principios de nuestro siglo cuando
los perros de pelo duro adquieren la fama que todavía
hoy poseen. El primer ejemplar relevante lo cría la duquesa
de Newcastle, la criadora más importante anterior a la
I Guerra Mundial. Varios ejemplares de su afijo, «of Notts»,
fueron los fundadores de la raza según la podemos contemplar
hoy día.
Uno de los ejemplares más destacados
de todos los tiempos fue «Gallant Fox of Wildoaks»,
nacido en 1929 en Nueva York. Este perro era nieto de uno de
los ejemplares más importantes del Reino Unido, «Talavera
Simon».
Durante la II Guerra Mundial la cría
del Fox Terrier descendió en número, sin embargo,
no lo hizo en calidad, por eso hoy podemos gozar de una raza
verdaderamente espectacular.
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