El Maltes sigue siendo una de las razas de lujo más
extendidas y prestigiosas. Es una buena mascota que requiere
ejercicio moderado y adora la vida familiar. El maltés
es un perro de pequeño tamaño, elegante y con
una constitución especial que le permite un desplazamiento
con un trote rapidísimo.
Se encariña mucho con su amo, con el cual le gusta
jugar y divertirse, demostrando una inteligencia, rapidez
y vivacidad realmente excepcionales. Estas cualidades han
hecho que, durante siglos, fuera una de los perros de compañía
más difundidos.
Su nombre no significa que es originario de
la isla de Malta, ya que el adjectivo « maltés
» proviene del vocablo semítico «màlat»
que quiere decir refugio o puerto; esta raíz semítica
se encuentra en toda una serie de nombres de lugares marítimos,
como por ejemplo en el nombre de las isla adríatica de
Méléda, en el de la ciudad siciliana de Melita
y justamente también en el de la isla de Malta.
Los ancestros de este pequeño perro
vivían en los puertos de las ciudades marítimas
del Mediterráneo Central, en donde combatían a
las ratas y ratones que pululaban en las tiendas portuarias
y en las bodegas de los barcos. En su nomenclatura de los perros
de la época, Aristóteles (384-322 A.C.) menciona
una raza de pequeños perros a los cuales atribuye en
latín el nombre de « canes melitenses ».
Este perro era conocido en la antigua Roma: como compañero
preferido de las matronas, fue elogiado por Estrabón,
poeta latino del siglo primero. El Bichon Maltes aparece en
representaciones de numerosos pintores del Renacimiento en donde
se le ve en los salones de la época acompañando
a las bellas damas de ese tiempo.
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