El Ovejero Aleman, dotado de uno de los mejores olfatos del
mundo, se ha hecho el amo en el arte del rastreo (tanto si
son niños, malhechores o miligramos de droga escondidos
en algún lugar). Está más que cualificado
para ser perro policía, militar, de guarda, e incluso
cazador y lazarillo. Es también muy adecuado para el
ambiente familiar.
Proveniente de antiguas razas de pastoreo y granja, y asociado
por siglos con el hombre como sirviente y compañero,
el Pastor Alemán ha estado sujeto a un desarrollo intenso.
Patrocinado por el Verein für Deutsche Schäferhunde,
el club de origen de la raza, fundado en 1899 en Alemania,
el culto al Pastor se esparce rápidamente desde 1914
por todo el mundo. El interés en la cría ha
sido fomentada por clubes especializados en muchos paises
como lo ha sido en los Estados Unidos por el German Shepherd
Dog Club of America. Desde un inicio y hasta ahora ha sido
un perro de trabajo, el Pastor Alemán se ha desarrollado
temperamental y estructuralmente mediante una cría
selectiva, mediante su juzgamiento, que en conjunto, ha sido
de un carácter constructivo, y mediante el entrenamiento
especializado. Considerando primero el lado más importante
del perro - su carácter - el del Pastor se distingue
para la lealtad, el coraje y la capacidad para asimilar y
retener entrenamiento para un gran número de servicios
especializados.
En el último tercio del siglo XIX, durante
unas maniobras militares que realizaba, Max Emil Friedrich von
Stephanitz, descendiente de una familia aristocrática
de origen prusiano, pudo contemplar el trabajo de dos perros
de pastor, uno de los cuales consiguió adquirir después
de convencer a su propietario para que se lo vendiera.
A partir de ese momento Von Stephanitz se
dedicó a recorrer las exposiciones de su país
y en una de ellas conoció a Arthur Meyer, de Stuttgart,
criador y expositor de perros de pastor. Juntos descubrieron
a un ejemplar llamado «Hektor Linkschein», procedente
de un criador de Francfort, al que cambiaron el nombre por el
de «Horand von Grafrakt», afijo con el que Von Stephanitz
criaba. Este perro era típico de la cepa de Turingia,
que junto con Sajonia y Wütenberg formaban las tres zonas
de pastoreo principales en Alemania.
Es en 1899 cuando se celebra la primera exposición
de perros de Pastor Alemán, año en el que Von
Stephanitz y Meyer crean la Verein für Deutsche Schaferhünde
(Club Alemán de Perros de Pastor Alemanes), más
conocida como S.V. El presidente fue Max von Stephanitz y el
secretario, Arthur Meyer. Una vez aprobado el estándar
propuesto por ambos durante la primera reunión, se inaugura
el Schaferhünde Zuchbuch (S. Z.), el Libro de Orígenes
de Perros de Pastor Alemán, con la inscripción
número 1 del ejemplar «Horand von Grafrakt».
Este es el perro que cruzaron la mayoría de los criadores
de la época con perras provenientes de todas las cepas
de pastoreo del país. Se inscribieron 150 hijos suyos,
pero el que más destacó fue «Hektor von
Schwaben», hijo de una hembra de orígenes desconocidos
llamada «Mores Plieningen». Los primeros cruces
tenían una gran consanguinidad, hecho que en la actualidad
está estrictamente prohibido. De una de esas fusiones
nació «Heinz von Starkenburg», que al ser
cruzado con la hembra «Bella von Starkenburg» produce
al ejemplar «Roland von Starkenburg», un auténtico
mito en la historia de la raza, padre del ganador de la Sieger
de 1909, «Hettel Uchermark».
Es durante la I Guerra Mundial cuando el perro
de Pastor Alemán adquiere un destacado protagonismo,
al ser utilizado en el campo de batalla. Su popularidad se fue
extendiendo hasta el punto de que la demanda era muy superior
a la oferta, de manera que algunos criadores cruzaron de forma
tan indiscriminada a sus ejemplares que a punto estuvieron de
destruir las características por las que tanto habían
luchado los fundadores de la raza. Por ese motivo, Von Stephanitz,
en la Sieger de 1925, realizó unos juicios especialmente
duros en la clase machos adultos, de la que eliminó ejemplares
que mostraran inseguridad como rasgo temperamental o que su
estructura no se ajustase al estándar vigente.
Después de tantos años de cría
y multitud de revisiones del estándar, sería extensísimo
detenerse en los pormenores o ejemplares que han hecho historia;
sin embargo, las tres líneas de sangre que más
han destacado en la formación del Ovejero Alemán
moderno son «Mutz», «Quanto» y «Canto».
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