El principal problema de los perros de esta raza es que no pueden soportar la más mínima debilidad, ya sea física, estética o psíquica. Como cualquier otra raza, puede ser más sensible a ciertas afecciones o defectos hereditarios que otros. Se puede citar, por ejemplo, el entropión, enroscamiento hacia el interior de los párpados.
Ciertas debilidades pertenecen al pasado como los problemas de crecimiento y verticalidad, a condición de que el dueño recurra a un alimento completo de alta gama, adaptado al crecimiento de razas gigantes, y que le haga un seguimiento a su perro por medio del veterinario que conozca este problema.
El Gran Danes es muy sensible a la torsión de estómago, a menudo fatal. Para prevenirlo, se debe distribuir su alimentación dos veces al día, evitando cualquier tipo de ejercicio violento después de las comidas.