El carácter del Dalmata es abierto,
sociable y cordial. No debe ser tímido ni desconfiado,
ni tampoco ruidoso o agresivo. Suelen ser perros muy equilibrados
e inteligentes, que aprenden con facilidad, además de
poseer una gran memoria. Destacan por su alegría, nobleza
y simpatía. Pueden llegar a ser muy buenos guardianes.
Les encanta hacer ejercicio, no hay que olvidar que en sus orígenes
acompañaban a los carruajes en sus traslados.
Con respecto a los cuidados, hay que destacar
que algunos Dálmatas poseen un problema de sordera congénita
que, en algunos perros, es leve y no se detecta, pero la van
transmitiendo en mayor grado a sus descendientes. Por eso se
recomienda una vigilancia periódica por parte de su veterinario.
El pelo del Dálmata se renueva constantemente,
por lo que se necesita un cepillado semanal con un guante de
goma especial para pelo liso: Este facilita la caída
del pelo muerto y su renovación. Su manto, por ser blanco,
es propenso a afecciones dermatológicas. Su alimentación
no debe estar cargada de grasas, ya que tiene tendencia a engordar
y tampoco se le deben suministrar pescados.
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