Los Dobermann no son perros nerviosos. Están llenos
de energía. Si un dueño de doberman tiene tendencias
nerviosas, se muestra estresado, o poco seguro de cómo
manejar o entrenar adecuadamente a su doberman, éste
a menudo reflejará el nerviosismo y confusión
de su dueño.
Un Dobermann correctamente criado tampoco es tímido.
La socialización temprana y el entrenamiento deberán
ser parte fundamental para el correcto desarrollo del temperamento
de tu doberman. Esto no significa que no existan Dobermann
tímidos. Como con cualquier raza, existen perros que
muestran comportamientos anormales.
Macho y hembra tienen temperamento distinto. La hembra es
tranquila, sensible, afectuosa en familia, desconfiada con
extraños; el macho, en cambio, es impetuoso, muy inteligente,
frecuentemente agresivo y debe ser dominado por la mano enérgica
de un amo. No existen malos Dobermann, pero existen malos
amos.
Un Dobermann puede estar bien en una casa que
disponga de un pequeño jardín, o incluso en un
departamento, siempre y cuando el dueño tenga en cuenta
que el doberman necesita ejercicio y debe estar dispuesto a
darle sus caminatas diarias.
Las lagañas son comunes en los Dobermann
y deben ser retiradas diariamente. El color de la descarga debe
ser gris. Un color amarillo o verde en las lagañas es
señal de infección.