El Dogo de Burdeos es tranquilo y equilibrado,
muy apegado a su amo y su familia, es cariñoso, reservado
con los extraños y neutro con ellos cuando está
su amo, al que le muestra su cariño y fidelidad. Manso
y paciente con los niños, a los que quiere y protege.
Detesta la soledad y la inacción y nunca se muestra espontáneamente
agresivo. Gracias a la selección de criadores apasionados
por la raza, se han logrado unos ejemplares equilibrados, sensibles
y con una capacidad increíble para estar con los niños.
El Dogo de Burdeos es un perro bastante fuerte
y sano. Sin embargo igual que cualquier otro perro podría
llegarse a enfermar si no se le dan los cuidados necesarios.
Las enfermedades más comunes debido a su peso, talla,
tipo de piel, pueden ser: torsión gástrica, entropión,
ectropión, displasia de cadera, afecciones cardiacas,
tumores epiteliales, otitis, y panosteítis. Algunas más
graves que otras, pero todas pueden evitarse o controlarse con
los debidos cuidados o con la correcta selección de los
ejemplares de crianza.
Ellos prefieren los climas frescos, pero pueden vivir muy bien,
con algunas precauciones, en todo tipo de clima. En caso de
climas muy fríos (menos de 5 grados centígrados
aproximadamente) es conveniente permitirle que duerma en un
lugar cerrado y si fuera mucho más frío, tal vez
sólo le permitiremos que salga a hacer ejercicio y que
regrese a un lugar templado inmediatamente después. En
poblaciones de clima cálido, hay que tener mucho más
cuidado. El Dogo de Burdeos no es un perro que soporte muy bien
el calor. Sin embargo, si tiene una buena sombra donde descansar
y un recipiente con agua limpia y fresca permanentemente, entonces
soportará muy bien las horas de calor, esperando que
al caer la tarde refresque el clima y pueda entonces jugar y
ejercitarse.
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