El Golden Retriever es un perro de expresión
inteligente y dulce. Amigable y confiable, carece de agresividad
tanto hacia las personas como hacia sus congéneres. Su
mirada tierna y melancólica manifiesta su necesidad constante
de afecto. Incapaz de una reacción adversa, responderá
a todo contacto con alegría ya que para él el
cariño es tan vital como el mismo aire que respira.
Si bien originariamente fue pensado como perro de caza, más
específicamente como cobrador de la pieza tanto en tierra
como en agua, su nobleza de espíritu y su confiabilidad
lo han convertido en uno de los perros de compañía
por excelencia, siendo una de las razas más populares
en Gran Bretaña y EE.UU.. Es notable también su
trabajo como lazarillo, perro de salvamento, y su admirable
labor con ancianos y discapacitados. Haciendo gala de su antepasado
el Tweed-water Spaniel, el Golden adora el agua.
Es maravilloso verlo zambullirse en ella con alegría.
Pero debe dejarse que lo haga por propia voluntad, jamás
debe ser forzado a ello porque podría herirse su gran
sensibilidad. Sin embargo podemos invitarlo a hacerlo tirando
un juguete para que vaya a buscarlo. Atención! Si se
posee una pileta de natación es recomendable que le
enseñemos cómo entrar y salir de la misma para
evitar accidentes desgraciados.
No es un perro ruidoso, pero puede llegar a ladrar si detecta
algo anormal en el hogar o simplemente, si está aburrido.
Es sin duda, una de las razas ideales para una familia con
niños, dada su infinita paciencia y su alegría
sin igual.
Suele ser bastante glotón, por lo que conviene cuidarlo
en las comidas para que no se ponga obeso, repartir la ración
diaria en más de una ingesta, y, por precaución,
evitar cualquier actividad física intensa una hora
antes y tres horas después de cada comida.
Una de las características más marcadas del
Golden es su necesidad innata de complacer a su dueño
adorado en todo momento, como así también su
gran sensibilidad, que requiere que sea manejado con dulzura,
sin una firmeza exagerada, ya que responderá mejor
a las felicitaciones que a los castigos.
El Golden Retriever adora la compañía de los
humanos, en particular la de su dueño, vive pendiente
de él, por lo que es un perro que debe ser necesariamente
integrado a las actividades familiares.
En muchas regiones de Inglaterra y EE.UU. (lugares que hicieron
masiva la raza) muchas veces se sacrificaba aquellos Golden
que perdían a sus dueños, ya que es una raza
sumamente dependiente de la compañía de su amo
y hace notar el sufrimiento de la pérdida. Afortunadamente,
hoy en día existen innumerables centros de rescate
y refugios dedicados especialmente al cuidado de esos animales.
Es un perro que necesita compañía constante.
Un Golden Retriever relegado al fondo de una casa y en soledad
va a ser seguramente un Golden infeliz.
Uno de los problemas de ser una raza tan popular,
es que también han surgido criaderos quienes reproducen
ejemplares indiscriminada e irresponsablemente, con lo cual
la raza se ve afectada por un número de problemas de
salud. La displasia de cadera y la displasia de codo son frecuentes,
al igual que problemas de la vista, tales como atrofia retinal
progresiva, uveitis, y cataratas. Los goldens pueden sufrir
un defecto cardíaco serio conocido como estenosis sub
aórtica.
Otros problemas que aparecen incluyen alergias
y problemas crónicos de piel y oídos, epilepsia,
problemas para tragar, hipotiroidismo, y problemas de temperamento.
Para reducir las posibilidades de encontrarse
con estos problemas, debes comprar tu golden a un criador responsable.
Los criadores responsables examinan a los padres candidatos
para filtrar aquellos que presenten problemas genéticos,
y mantienen información acerca de la salud de muchos
- si no todos - los perros varias generaciones hacia atrás.