El Husky Siberiano es un perro obstinado e independiente,
que aprende con rapidez, aunque no siempre esté dispuesto
a obedecer. Con su familia es cariñoso y con los extraños
es amigable. Le atraen los niños. Ágil, rápido
y resistente, tiene la buena cualidad del orden. No tiene
pretensiones y se adapta bien al clima templado, aunque no
está hecho para la ciudad. Más bien aúlla
que ladra.
No muestra las cualidades de un perro de guarda, no es desconfiado
con los extraños ni agresivo con otros perros. Dado
que es una raza que acostumbra a vivir en manada, en grupo,
tomará a la familia como tal. El Husky distingue a
la perfección al «líder familiar»
pero no se dejará doblegar ante la bruta tiranía
de un dueño sin razón.
El pelaje del Siberiano requiere un aseo moderado,
que se verá intensificado durante la época de
muda. Su carácter dócil facilita la educación
y aún más su tendencia al orden y la limpieza.
Necesita mucho ejercicio y un clima que no sea cálido
en exceso.