El Yorkshire Terrier es un perro pequeño
pero con mucho carácter, tanto que si el dueño
lo malcría puede convertirse en una auténtica
pesadilla para todo aquel que le rodee. Es muy importante que
reciba un adiestramiento que establezca pautas de conducta y
normas de convivencia. La mala reputación de su carácter
procede del hecho de que sus dueños no han sabido tratarlo
como lo que es, un perro. De carácter testarudo, no precisa
más que insistir en los aspectos de su adiestramiento.
Es osado y no tiene miedo a enfrentarse a perros que le superen
con mucho en talla.
El cuidado del pelaje y de la piel del Yorkshire
Terrier es de extrema importancia y debe realizarse diariamente
con un cepillo suave y un peine de dientes anchos. La acción
irritativa de los pelos largos de la frente sobre la córnea,
puede producir una inflamación de la misma y también
de la conjuntiva.
La eventual utilización de una pequeña
cinta que sujete a los pelos no tiene, por tanto, sólo
una finalidad estética sino también funcional,
porque reduce los problemas descritos más arriba. En
muchos ejemplares es preciso recurrir, después de haber
realizado algunas funciones orgánicas (defecación,
orina), al lavado (bidet) de la zona perianal, perivulvar o
del escroto.
No olvide revisar sus dientes, ya que la raza
tiene una alta predisposición a acumular sarro, lo que
con el tiempo produce mal aliento y la pérdida de las
piezas dentales.
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