El aspecto fiero, potente y decidido del Cane Corso, como su imponente estructura propia de todos los molosos, parecen estar en el orden de su nombre, pues Corso quiere decir potente, robusto, fuerte, y estas son, sin duda, sus principales características. Otros atribuyen el origen etimológico de la palabra al latín "cohors" o guarda mayor del cuerpo o al griego «kortos», referido al hecho de que guardaba y vigilaba personas y animales durante las épocas de trashumancia. Finalmente, otros erroneamente ven al nombre relacionado con la isla de Córcega.
Lo cierto es que fuera de Italia se sabe muy poco sobre el Cane Corso y que incluso en su país de origen, durante años, la raza ha permanecido olvidada e ignorada. Hizo falta que en 1973 el profesor Giovanni Bonatti se refiriera a la presencia en la provincia de Apulia de un "perro moloso de pelo corto, diferente del mastín napolitano, similar al bullmastiff y parecido al perro de presa malloquín" para que un grupo de entusiastas se pusiera manos a la obra y tratara de recuperarla y darla a conocer dentro y fuera del país.
De hecho su reconocimiento ofical por parte del ENCI (Ente Nazionale di Cinofilia Italiano) sólo ha tenido lugar en enero de 1994, después de que la mesa de trabajo de la Societá Amatoria Cane Corso (SACC) aportara suficiente documentación, fotos, datos y un nutrido grupo de ejemplares típicos para defender su existencia y antiquísimo origen.
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